El baccarat es uno de los juegos más antiguos que podemos encontrar dentro de los casinos, pero sus orígenes son complejos, multifacéticos, y difíciles de precisar, ya que en la actualidad existen una cantidad de mitos sobre el tema, y no todos son ciertos. Si bien la palabra baccarat es de origen francés, en realidad es derivada de la palabra italiana baccará, que se traduce como cero. Asi podemos afirmar que el nacimiento de este juego se remonta al siglo XV en Italia.
Las primeras partidas de baccarat se jugaban con caratas de tarot, que luego fueron reemplazadas por la tradicional baraja de 52 cartas que se utiliza hoy en día, y que a su vez también se deriva de los cuatro palos de tarot. Inicialmente el baccarat se apoderó de las clases sociales más altas, convirtiéndose en el favorito de nobles franceses, pero no tardó mucho en llegar a las clases medias de la sociedad, e inlcuso a las clases bajas, con partidas de juego en salones ilegales.
Para el siglo XIX, los inmigrantes ya habían introducido el juego de baccarat en América del Norte, teniendo en cuenta que casi paralelamente se produjo la expansión del juego de blackjack en este continente. No fue sino hasta la década de 1950 que el baccarat fue sometido a su trasformación final, y comenzó su historia moderna en los primeros casinos de Las Vegas, donde se introdujo nuevas normativas para el juego, y hoy en día muchos lo conocen con el nombre de baccarat americano.
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